¿Dónde comenzó a fallar el sistema educativo?

Se ha revelado un nuevo inconveniente para la disminución del nivel educativo en España.

Llevan varios meses preocupados por el descenso formativo que se está generando en las aulas. Está inquietud se ha hecho evidente por las numerosas faltas ortográficas que se están encontrando los profesores. Pero la llamada de atención más significativa viene de los catedráticos.

¿Pero qué está ocurriendo realmente?

Muchos, incluida yo, encontramos este problema en:
• la falta de interés de los niños, aunque, ¿Cuántos podemos decir que en la adolescencia deseábamos estar estudiando para sacar sobresalientes?
• Algunos culpan la poca implicación de los padres de la nueva generación, cierto es que cada vez hay menos tiempo para poder ayudar a los niños con los deberes y que decir de la dificultad de seguir un horario riguroso que le genere un hábito de estudio a los chicos.
• La caída de la lectura de libros. La importancia de la lectura para conocer la lengua es sumamente esencial y actualmente ha disminuido notablemente los adultos que leen habitualmente. Si, los niños imitan las costumbres de los adultos.
• Pero el tema central siempre es la tecnología. Por la distracción que les produce, la simplicidad de encontrar la información, los mensajes que abrevian las palabras, los influencers con faltas de ortografía, etc.
No obstante, un nuevo problema educativo que nadie se había planteado está germinando en las aulas.
Todos conocemos la famosa frase `` el profesor me tiene manía´´. Es la palabra que más me ha repetido mi sobrina en los que llevamos del curso académico.


Pero imaginarse mi cara cuando me puse a estudiar con ella, y me encuentro con esto:
Consiste en un ejercicio de refuerzo donde yo le dicto el texto expuesto para reforzar sus faltas de ortografía y su caligrafía. (Las trazas señaladas en el texto son las que yo hice al darme cuenta de los errores del texto.)

¿Cómo le explicas a una niña de 11 años que los errores no son sólo suyos? Y encima, después de haberle enumerado los ejercicios que nos mandaban diariamente para corregir las faltas y los castigos que conllevaba si continuaban apareciendo.

No quiero señalar a los profesores, pero todavía no me explico que ha ocurrido para que suceda esto. Crecí en la generación donde ni el profesor de matemáticas te permitía una falta de puntuación. Imagino que la tecnología vuelve a incurrir en su vulnerabilidad con el ser humano.

No digo que no se use la tecnología para facilitarnos la vida, pero si espero que esto sirva para que se revise y controle mejor los métodos y los resultados que ésta produce.