Pero hoy debemos hacer hincapié en este deber para que llegue a todos los rincones de la ciudad porque, en gran medida,
somos responsables indirectos y continuar con este silencio nos hace cómplices. Veamos porqué:
Aunque el problema saharaui se encona de mucho antes, podemos decir que los acuerdos de Madrid de 14 de noviembre de 1975, junto con sus protocolos secretos, son el
pistoletazo de salida de lo que hoy día está sucediendo allí.
El por entonces príncipe Juan Carlos (aunque estando aun en dictadura ya acaparaba la jefatura de estado por designios del moribundo Franco) termina cediendo la zona a Mauritania y Marruecos con el beneplácito de los EEUU y Francia, quienes también sacarán partido, en lo que es considerado un acuerdo que contraviene el derecho internacional y
todas las directrices de la ONU sobre descolonización.
En 1979
Mauritania cede a su vez los territorios al Frente Polisario, sucediéndose diversos combates entre Marruecos y el Frente, hasta que en 1991 se establece un alto el fuego. Para entonces,
Marruecos había construido el conocido como “muro de la vergüenza” de 2700 km que dividía estos territorios, y había plagado de minas las inmediaciones, con hasta 7 millones de unidades.
Esta relativa paz fue declarada por la ONU, concretando una misión para el referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) según la resolución 690 del Consejo de Seguridad de la ONU de 29 de abril de 1991, pero, a día de hoy, no ha llegado. Debido al carácter fraudulento de los anteriores acuerdos, el informe del Consejo de Seguridad de la ONU de 29 de enero de 2002 establece que
España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental.
21 de octubre de 2020. Manifestantes pacíficos ocupan la carretera de
Guerguerat (por la que se ha amonestado a Marruecos al incumplir los tratados), un paso fronterizo entre dicho país y Mauritania usado para el tráfico ilegal de mercancías incluido el narcotráfico, usado asimismo para escalar la tensión con el Frente Polisario.
Cuando y de la Marcha Verde, el pasado viernes 13 de noviembre, el ejército marroquí interviene en las manifestaciones por lo que se considera roto el alto el fuego. Es por ello por lo que España sigue teniendo un papel crucial y, como muchas personas que se han manifestado en nuestro país desde mediados de noviembre, debe exigir el fin del conflicto haciendo valer, como mínimo, los acuerdos de la ONU para poder celebrar un referéndum de autodeterminación.
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