LA VACUNA

Por Lola Castillo.

Inmersos como estamos en la tercera ola de la covid-19 se hace más necesaria que nunca la vacuna.
Esta vacuna es la que nos puede sacar de la pesadilla que estamos viviendo. Pesadilla que nunca creíamos que llegaría a hacerse realidad cuando veíamos películas basadas en distopías, en las que toda la población mundial se veía afectada por contagios y pandemias que dejaban la tierra asolada, quedando escasos supervivientes que malvivían luchando entre ellos por cubrir las necesidades más básicas.
 

Pues bien, parte de estas distopías ya está aquí. Lo que el año pasado pensábamos que era cuestión de unos meses, poco a poco nos hemos dado cuenta de que la covid va para largo.

Por eso, bajo mi humilde opinión, no veo otra salida que la vacunación de toda la población y cuanto antes.

Sin embargo, todavía encontramos detractores de la vacuna y personas que niegan la existencia de la enferrmedad. Pues no será por falta de información o por falta de casos propios o cercanos con resultados dolorosísimos o tristísimos como la propia muerte.

¿ Que podría decir yo para convencer a la gente?
Uno de los argumentos más básicos que se me ocurren es que esta enfermedad no tiene tratamiento, no es como una infección bacteriana que se puede combatir con infinidad de antibióticos, que si uno no funciona hay cientos para atajarla. Sólo se tratan los síntomas y las reacciones que tu cuerpo produce contra tí mismo, es decir, la fiebre, la tos, el dolor de cabeza y la reacción inflamatoria del pulmón, que cuando ya se hace tan fuerte hace que los pulmones dejen de funcionar. Además no sólo produce síntomas respiratorios, también produce alteraciones de la coagulación de la sangre, de ahí los ictus, síntomas neurológicos fatiga muscular y articular y la covid persistente que mantiene a los afectados con variedad de síntomas durante meses que les impide llevar una vida normal.

Por otro lado, debido a un sistema sanitario público recortado durante años se están dedicando todos los recursos a la covid provocando el retraso en el diagnóstico y tratamiento de otras enfermedades, así como el abandono de la prevención de enfermedades y el seguimiento de pacientes crónicos.

Por si ésto no es motivo suficiente para vacunarse voy con otros argumentos. Es cierto que gran cantidad de personas pasan la enfermedad con síntomas leves o moderados que se pasan en una semana o diez días y que no necesitan hospitalización y apenas cuidados, físicos, pero no psicológicos ya que igualmente obliga a todos los infectados a aislarse durante 14 días con los inconvenientes que eso acarrea dependiendo de la situación de cada uno. Pero un porcentaje de personas sufren la enfermedad cruelmente, los síntomas avanzan con rapidez, en días de estar hablando se pasa a estar en una UCI con un tubo en la garganta para respirar.

Y resulta que estas personas suelen ser nuestros padres, abuelos o tíos, aunque también se dan casos de personas jóvenes. También resulta que, con frecuencia, los contagios de estos pacientes se han debido a saltarse las recomendaciones sanitarias lo que está acarreando muchos sentimientos de culpa.

Hace días hemos empezado a oír que el virus está mutando, ya hay una variante británica, otra sudafricana y otra brasileña, pues bien la británica parece ser más contagiosa y más mortífera, su propio presidente lo confesó hace varios días.

Si hablamos de economía, todos estamos pasando una de las recesiones económicas más importantes de la historia.

¿ No son estos buenos motivos para vacunarse?
La vacuna ha sido estudiada y probada con rapidez, ya que se ha invertido mucho dinero y esfuerzo por parte de las farmacéuticas, puesto que por desgracia, hasta ahora, los gobiernos de la mayor parte del mundo no consideran importante dedicar recursos excesivos a la sanidad y a la investigación.

Esta vacuna la han fabricado varios laboratorios, las que están llegando a España y países de nuestro entorno son básicamente muy parecidas entre sí y tienen casi la misma efectividad. Se trata de inocular material genético del SARS-Cov-2 en 2 dosis separadas por 21 días. Tras la primera dosis se consigue una inmunidad del 52% y con la segunda del 94-95%. Hay que aclarar que la vacuna no evita que te infectes o que si es así puedas contagiar a otros, pero sí evita que desarrolles la enfermedad, de ahí la necesidad de vacunarse cuantas más personas mejor.

En cuanto a las reacciones adversas de la vacuna, hasta el momento no son más que las de otras y ha sido aprobada por la OMS y por la Agencia Europea del Medicamento.

Finalmente, reflexionemos con todo lo expuesto hasta ahora, no creo que quepan muchas dudas, exijamos a nuestros gobiernos la vacuna, con protocolos y recursos bien planificados y eficientes, porque la población se quiere vacunar.